
Bertold Brecht decía que los hombres verdaderamente imprescindibles son aquellos que luchan toda una vida.
Silvia ya había peleado bastante con el mundo y hasta con ella misma. Con 47 años le diagnosticaron una enfermedad que muchos padecen y pocos le ganan; los primeros pasos fueron metódicos, abrir, sacar y analizar, lo que vino después fue más complejo asumir, padecer, luchar y ganar.
Silvia ya había peleado bastante con el mundo y hasta con ella misma. Con 47 años le diagnosticaron una enfermedad que muchos padecen y pocos le ganan; los primeros pasos fueron metódicos, abrir, sacar y analizar, lo que vino después fue más complejo asumir, padecer, luchar y ganar.
Su cicatriz es la exacta condecoración a quien dio batalla y salió invicta.
2 comentarios:
creo q a veces aun las personas invictas necesitan un recordatorio deesa condecoracion para ayudarlas a seguir, a modo de aliento, y viniendo de las personas que mas las quieren
El amor de nuestros seres queridos, nos curan el cuerpo y el alma, dándonos alas para resurgir como el Ave Fenix de entre las cenizas. Eternamente gracias.
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